CONTROLA TU FLORA VAGINAL Y REDUCE TUS INFECCIONES URINARIAS RECURRENTES
Es realmente importante cuidar la presencia de cepas que realmente tienen influencia en la protección y prevención de las ITUS. No servirá de mucho que nos atiborremos de probioticos que no han demostrado su eficacia en la lucha contra esta molesta afección.
Las bacterias del género Lactobacillus son las principales responsables de mantener el equilibrio de la flora vaginal y de proteger contra infecciones urinarias (ITU). Estas bacterias crean un ambiente hostil para los patógenos mediante la producción de ácido láctico, que mantiene un pH ácido en la vagina, y de sustancias antimicrobianas como el peróxido de hidrógeno (H2O2), que impiden el crecimiento de bacterias nocivas.
Algunas de las cepas específicas de Lactobacillus que juegan un papel crucial en la protección vaginal y urinaria son:1. Lactobacillus crispatus: Esta cepa es una de las más comunes en la microbiota vaginal saludable y es altamente efectiva en la producción de peróxido de hidrógeno, lo que inhibe el crecimiento de bacterias patógenas, como Escherichia coli, que suelen causar ITUs.
2. Lactobacillus jensenii: Similar al L. crispatus, también es capaz de producir peróxido de hidrógeno y ayudar a mantener el equilibrio de la flora vaginal.
3. Lactobacillus gasseri: Contribuye al mantenimiento del pH vaginal y al equilibrio microbiano, ayudando a prevenir la colonización de patógenos.
4. Lactobacillus iners: Aunque es menos eficiente en la producción de peróxido de hidrógeno, esta cepa también puede formar parte de una microbiota vaginal saludable, protegiendo contra infecciones.
Cuando la población de Lactobacillus disminuye (por ejemplo, debido a un uso excesivo de antibióticos, cambios hormonales o inserción de dispositivos intrauterinos), las bacterias patógenas tienen más oportunidad de proliferar y aumentar el riesgo de infecciones vaginales y urinarias. Por eso, mantener una flora vaginal rica en Lactobacillus es clave para la prevención de ITUs recurrentes en mujeres.
Terapias energéticas como el Reiki para reducir la inflamación y las sesiones de biofeedback SCIO, con protocolos definidos para ayudar a eliminar patógenos y reforzar el sistema inmune, pueden ser igualmente de ayuda durante las fases activas y en la profilaxis de las recurrencias.